Autoeditando mi novela.

Finalmente y siguiendo el viejo dicho que reza: "A la fuerza ahorcan", me he decantado por autoeditar Crónicas de los Reinos Olvidados.

La dificultad para llamar su atención es un estigma que acompaña al gremio de editores desde que el mundo es mundo. Proust sometió sus escritos a un puñado editores y todos los rechazaron, al final consiguió publicar financiando él mismo los costes. Ezra Pound sufrió otro tanto de lo mismo, nadie se interesó por sus primeros poemas y acabó vendiéndolos a domicilio. La madre de Derek Walcott (Nobel en 1992) se vio obligada a prestar dinero a su retoño para imprimir su primer libro de poemas. La autora de Cincuenta sombras de Grey, E.L. James, subió a la red una primera versión de su libro (bajo el sonrojante título: "Master of the universe") casi dos años antes de que una pequeña editorial se atreviera a publicar el primer volumen su trilogía de lujo y látigo. Al poco tiempo llegó Random House, y a su lado los millones de dolares, los Rolls Royce, las joyas de Cartier y los consoladores con incrustaciones de Swarovski.
Autoeditando mi novela.El motivo principal para centrarme en la autoedición son las paupérrimas ofertas que las editoriales reservan para los autores primerizos. Ninguna llega siquiera a ofrecerte el 10% de los beneficios; por suerte las plataformas de internet son mucho más generosas, amén de no segregar a los noveles, y dejan para los autores el 80% de los beneficios.

Además cuando imites a Willie Nelson y decidas ponerte "on the road again", es buena cosa subirte al tren que más galopa, y el ritmo de los libros autoeditados es el del AVE, mientras que las editoriales siguen viajando con Poirot en el Orient Express. Ya son varios los autores consagrados que se bajan del vagón de madera traqueteante, para pasarse al de fibra de vidrio, que por descontado tendrá menos glamour, menos bouquet, pero a cambio ofrece comodidad, aire acondicionado y pantalla de plasma. Barry Eisler rechazó un adelanto de seis cifras para publicar en una editorial tradicional. Su argumento: “Estoy harto de que el editor se canse de promocionar mi libro a las tres semanas, para promocionar el siguiente autor de su lista”; J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, también se ha bajado del tren, creando www.pottermore.com, web desde la que vende los e-books de su célebre colección.

El ver la autoedición como la aceptación de tu propio fracaso, o como un mercado secundario para autores de segunda división, va por la senda de pasar a mejor vida. Las nuevas tecnologías han roto un tabú y autopublicarse está de moda.
Si nos miramos en el espejo estadounidense (que marca el pulso de cualquier industria, y la del libro también) la publicación de libros autoeditados va a toda máquina. Allí han superando el cuarto de millón de títulos publicados durante el 2014, algunos de ellos con un éxito apabullante, incluso llegando a encabezar el ranking de los e-books más vendidos del mercado. En ésta España castiza es difícil tener datos, pero está claro que se editan decenas de miles de ejemplares anuales.

Los motivos principales de este despegue vertiginoso de las plataformas on-line están claros: El coste de producción es prácticamente cero y así podemos vender a precios muy bajos; además, dado que prescindimos de intermediarios, los márgenes de beneficios no tienen porque resentirse.
Otra ventaja reside en mantener el control de los tiempos. El autor puede publicar nada más terminado el libro, sin hacer cola para que una editorial te haga caso. Además tampoco tendrás que atender a plazos o compromisos de entrega.
Otra cosa "molongui" es la “impresión bajo demanda”: si el lector quiere un ejemplar en papel, lo puede adquirir por internet con un par de clicks. No hay tirada mínima, así que se acabó lo de amontonar cajas de ejemplares en casa.
Hay un montón de plataformas, bastante enraizadas en España, que ofrecen la autoedición con impresión bajo demanda (Lulu.com o Bubok ) pero todas obligan a contratar un número ISBN y el precio de coste por ejemplar supera ampliamente los 10€, sin contar gastos de envío. Si ya es complicado que alguien compre tu obra siendo un autor desconocido, imagínate si el libro, entre pitos y flautas, cuesta tanto como el de un autor conocido en cualquier librería de barrio.

Seguí buscando y acabé por encontrar CreateSpace, que sigue un modelo mucho más "americano".
Si te decides por ellos tu libro estará disponible en todas las plataformas de Amazon (España, USA, Italia, Alemania o UK...) en formato electrónico y también bajo el modelo de impresión bajo demanda. Tus futuros lectores pueden tener el libro, en papel, encima de la mesa por más o menos 12€. Y encima el ISBN es gratuito.

Ahora solo me queda hacerme con una buena portada, elegir fecha del lanzamiento, y cruzar el Rubicón al grito de: "Alea iacta est".

Sobre este blog

Blog personal del escritor Fernández del Páramo. Un espacio digital creado para dar a conocer su obra y compartir impresiones con sus lectores.